El viajero curioso entenderá enseguida que el Barrio de San Francisco es mucho más que un pequeño conglomerado de callejuelas en la ciudad de Telde. San Francisco va dejando caer señales de su historia a los pies de los caminantes. Señales que salen a tu encuentro a hablarte del tiempo pasado. Todo un legado que cuidaron los cronistas y los habitantes del lugar, que guardaron hasta hoy.
Las cruces colocadas a lo largo de un recorrido circular tienen un porqué. Las monteras, los nombres de las calles, son símbolos para recomponer el germen de San Francisco. El barrio de artesanos, antigua judería que habitaron aquellos que trabajaban para la burguesía del cercano San Juan, donde se asentaban los cristianos.
La única entrada con la que contaba originariamente San Francisco se ubica en la calle Carlos E. Navarro. A partir de aquí, el recorrido parece adentrarse en un pequeño viaje atemporal. Te conduce por los callejones nombrados por el poeta Julián Torón. Notas actuales y otras antiguas llevarán al buscador de rincones al punto de encuentro donde se mezclan el presente
y el pasado.
Encontrará las Cruces del Vía Crucis, en honor a los franciscanos que se asentaron en el 1610, colocadas en su lugar original, siguiendo el paso que realizaban. Y en esa mezcla de respetar y aportar, restaurar e integrar, hoy se ha añadido un nuevo símbolo a las cruces. Cada una de ellas es diferente, no encontrarás dos iguales; “Cada uno lleva su cruz... única... no pidas la del otro, porque podría ser peor”.
Un poco más adelante, en ese recorrido circular, topamos con la casa de Julián Torón, figura destacada de la ciudad, miembro de la Escuela Lírica de Telde que aportó y dinamizó la cultura de la época. También verá un impresionante laurel de Indias de más de 70 años, justo donde se unen las 5 calles principales, las calles por las que perderte y encontrarte fácilmente.
Por el camino tropezará seguro con una de las cinco monteras, ubicadas en su lugar de origen.
Tres escalones que hoy parecen no tener sentido, pero ayer sí que lo tenían. Salvaban a las damas del roce de los criados cuando debían subirse al caballo.
En La Plaza de los Romeros se abre la perspectiva. Y salimos del umbral del tiempo pasado para entrar un poco a la realidad. A un espacio abierto donde podemos alcanzar una panorámica más amplia, donde ver y también ser vistos. Porque si se asoma al mirador de San Francisco , además de los yacimientos de Tara y Cendro a su izquierda, topará con El Puente de los Siete Ojos a su derecha, construido en 1868 por Juan de León y Castillo.
Lugares de Interés:
La Casa de los Sall ; (Futuro Centro Cultural y Turístico)
Juan Antonio Sall fue el primero de la saga de origen irlandés que se estableció en esa vivienda de San Francisco. A ella pertenecen el cotizado Manolo Millares, cuyas arpilleras cuelgan en las salas de los más prestigiosos museos de arte del mundo, los poetas Agustín y José María Millares, o el reconocido timplista Totoyo Millares.
La Iglesia de San Francisco
Se levanta en el lugar que ocupara la ermita de Santa María La Antigua. De planta simple, formada por 2 naves, una de ellas añadida en el siglo XIX.
Si visita Telde, no deje de pasar por la Oficina de Información Turística
En las Casas Consistoriales en la Plaza de San Juan el mejor lugar para encontrar toda la información relativa al municipio Tfn; 828 013 312